Hace 2 años, hice esta funda nueva para un cojín del salón.
Habíamos comprado la tela de gatos negros para eso.
Nos gustó como quedaba y guardé el resto de la tela.
Me quedaba poca cantidad de esta tela, pero cada vez que la veía, me entraba ganas de aprovecharla para algo.
Entonces, decidí hacer un bolso de cartero combinándola con otras telas.
Tras coser los trozos de la tela de gatos negros, pude hacer dos cuadrados de un poco menos de 30 cm.
Utilicé uno de ellos para la tapadera del bolso y el otro para la parte delantera, que funciona también como bolsillo con cremallera.
La tela de gatos se acabó completamente.
Para el asa, los lados, el fondo, la parte trasera y el forro del bolso, utilicé otros tipos de tela.
Para que no se quedaran raros los distintos colores, elegí más o menos el mismo tono de color: verde, crema, etc.
Todas las telas que utilicé para este bolso estaban guardadas en casa.
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