Hace casi diez años, nos llamó mucha atención este kit de peluche de osos novios en Japón. Hablando con mi marido, le dije: "Si nos hubiéramos casado al estilo japonés, ¿nos habríamos puesto kimonos bonitos como estos?" Lo compramos.
Ese mismo año, empecé a coser los cuerpos y las cabezas de los osos. Al empezar el kimono de la novia, supe que no iba a ser tan fácil. Los guardé en el armario.
Me daba la pena tener medios hechos los peluches, pero por otras labores, no pude trabajar con ellos. Este primavera, decidí terminarlos. Los kimonos de los novios eran un poco complicados de coser (los cosí a mano), pero esta vez los terminé.
Salieron muy elegantes.
A mi marido le gusta el color negro, pero sus pantalones hakama podría ser mejor de otro dibujo.
El año pasado, una vecina de la casa de mis padres me regaló una botella de licor casero de albaricoque. Como no lo bebemos casi nunca, lo utilizo para hacer bizcochos.
Los hago según la receta que me dio mi madre.
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